domingo, 23 de febrero de 2014

EL CABALLERO DE LA TRISTE FIGURA


Después de mucho tiempo volví a ingresar en tu habitación. Todavía no me acostumbro a que el único que hable en ella sea  el  silencio.

La encontré gélida a pesar del calor reinante. Fue como regresar  a esa tarde de verano vísperas de navidad  en la cual te visité en el hospital y  pensé que  habías fugado de mi memoria: no te reconocí entre tantos  circunspectos aparatos médicos, te habían arrebatado tu semblante de niño bueno, solo se esbozaba  una proyección del crucifijo que como único ajuar de valor vestía con algo de esperanza tu cuarto de cuidados intensivos. Sin duda había visto al Caballero de la Triste Figura, que tanto me impresionó al leer a Cervantes.

Y me demostraste una vez que el hombre no es nada “apenas inferior a un dios…”.  Es contradictorio que  habiendo sobrevivido a dos aluviones y un terremoto, a la muerte temprana de tu esposa  y a la soledad,  un minúsculo organismo te  mantuviera prisionero  y dependiente de los otros por varios meses. ¿A dónde se fue tanta intelectualidad?, ¿Dónde están los premios y reconocimientos?, ¿Las metas logradas sanaron tu enfermedad?.

Te diré lo que quedo. Tus acciones que fueron recordadas en los discursos de tu funeral.

La gente muere y hay algunos que ya en vida están muertos. Las personas como tú,  siguen viva. En cada niño o niña que desde hace más de treinticuatro  años se cobija en la escuela que ayudaste a reconstruir, en casa persona que se acercó a ti y nunca salió defraudada, porque siempre fuiste a  pelear contra situaciones concebidas desde la injusticia  y porque siempre fuiste hombre para los demás hombres.

Los meses que duró tu agonía no pude observar la quijotización de Sancho ni la sanchificación de  Quijote, lo que observé fue  la constante aceptación de aquello en lo cual no cabe la pregunta ¿Por qué? Y la última batalla de alguien que quería terminar las cosas que aún consideraba  pendientes, pero al que sorprendió la muerte de la forma más desnuda posible. Dicen  que uno muere como vivió, y ella te abrazó en la madrugada de un viernes, al rayar el alba; pero en tu casa,  como querías. Te besó  en la mejilla y en el lomo del sueño tibio, sin dolor ni desesperanza, con especial delicadeza femenina, te pidió que la acompañaras.

Por eso tus exequias fueron común-unión de diversas gentes, creyentes y no creyentes, de derechas y de izquierdas, gente de arriba y gente de abajo, pero todos agradecidos con tu vida. Quisiera resumirla, por eso recurro al poeta, sí, porque a veces el poeta habla mientras yo a veces  callo.

LETANÍA DE NUESTRO SEÑOR DON QUIJOTE
(Rubén Darío)

Rey de los hidalgos, señor de los tristes,
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión;
que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón…

¡Caballero errante de los caballeros,
varón de varones, príncipe de fieros,
par entre los pares, maestro, salud!
¡Salud, porque juzgo que hoy muy poca tienes,
entre los aplausos o entre los desdenes,
y entre las coronas y los parabienes
y las tonterías de la multitud!


¡Tú, para quien pocas fueron las victorias
antiguas y para quien clásicas glorias
serían apenas de ley y razón,
soportas elogios, memorias, discursos,
resistes certámenes, tarjetas, concursos,
y, teniendo a Orfeo, tienes a orfeón!…

Ruega generoso, piadoso, orgulloso;
ruega casto, puro, celeste, animoso;
por nos intercede, suplica por nos,
pues casi ya estamos sin savia, sin brote,
sin alma, sin vida, sin luz, sin Quijote,
sin piel y sin alas, sin Sancho y sin Dios.

De tantas tristezas, de dolores tantos
de los superhombres de Nietzsche, de cantos
áfonos, recetas que firma un doctor,
de las epidemias, de horribles blasfemias
de las Academias,
¡líbranos, Señor!

De rudos malsines,
falsos paladines,
y espíritus finos y blandos y ruines,
del hampa que sacia
su canallocracia
con burlar la gloria, la vida, el honor,
del puñal con gracia,
¡líbranos, Señor!...

¡Ora por nosotros, señor de los tristes
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión!
¡que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón!




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PS:  Este post debió ser  la segunda entrada de este blog, los que leyeron desde el inicio el blog  ahora entenderán parte del significado de la primera entrada, espero seguir contándoles mis motivos de ese primera entrada.


30 comentarios:

  1. Me ha movido muchísimo tu post de hoy!
    Hermoso, real y muy profundo!
    Te mando un super abrazo y un beso!
    La vida sigue!

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    1. Sí Marite, la vida sigue, aunque la muerte sea una parte de ella.

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  2. Que entrada más sentida y bonita, hablas con muchísimo cariño de ese ser querido tuyo. :)

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    1. Sí, fue uno de los motivos por los cuales comencé a escribir el blog.

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  3. Muy hermoso, un precioso homenaje a la muerte de un ser querido.
    Un abrazo.

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  4. Caray iba a escribir cosas que no venían al caso, observaciones mias que quizás algún dia te diga, pero prefiero resumir en esto! Mientras uno viva en el recuerdo de los demás, no esta del todo muerto!

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  5. Impresionante, bellísima dedicatoria para ese Quijote, que Dios lo guarde. Creo que el vacío que dejan las personas amadas es imposible de llenar, como una pieza de un rompecabezas que nunca puede ocupar el sitio de otra. Pero se acaba superando, ese sentimiento de tristeza termina por desaparecer, toda muerte es un renacer, y ese oscuro vacío puede convertirse en una estrella que alumbre nuestros días. Es cuestión de tiempo. Leí también la primera entrada, y ahora la comprendo mejor. Un fuerte abrazo, Aristio.

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    1. Si, para los creyentes la muerte es solo una etapa estimado Robert, gracias por tus palabras que me animan. Un abrazo.

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  6. Vaya pues, sí, somos nuestras acciones y por ellas nos recordarán. Recuerdo que leí El Quijote en el colegio y me hizo reír bastante. Sin embargo, al final, una pena me embargó al imaginarme a ese viejito recostado sobre su cama despertando de lo que nunca fue. Ya pasó tiempo desde que sucedió, así que confío y puedo asegurar de que te encuentras con un buen semblante :) Un abasho!

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    1. Mu lo que entristece al final del Quijote es justamente eso, que el Quijote despierta a su ultima realidad....

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  7. Adelante Quijote...
    Muy bien escrito.
    saludos
    carlos

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    1. Gracias por venir, yo tambien ya te estoy leyendo. Saludos.

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  8. Me gusta mucho este post porque la vida es un compendio de muchos momentos y cosas ,el toque de melancolía está latente.
    Perduramos en la medida en que dejamos razones para que nos recuerden y conserven el afecto actual más allá de lo corporeo y material....

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    1. Exacto Athenea, eso es un concepto de la vida. Bienvenida y vuelve siempre. Un Abrazo.

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  9. La gente extraordinaria se va, dejan mucho acá. Debemos tenerlos en la memoria

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    1. Todos nos iremos, pero como dices hay gente que deja mucho por aqui. Saludos.

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  10. María de Lima:

    Te mando un abrazo super fuerte :)

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  11. Las pérdidas son terribles siempre, pese a que es lo único que sabemos con certeza que tarde o temprano tendremos, y es que como decía un epitafio por ahí "también nos condena a muerte Dios cuándo nos da la vida".

    Bicos ricos

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  12. Adoro a los Quijotes.
    No están podridos como los demás.

    Bonito homenaje.

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  13. Vaya admiración, cariño, amor y respeto hacia esa persona. Conmovedor.

    Un abrazo aristio.

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  14. Es cierto. Hay tanta gente muerta en vida y tantos como él, tu papá?, que vivirán siempre en el corazón de mucha gente y en los maravillosos recuerdos y ejemplo que le dejó a sus hijos. Ojalá mis hijas me recuerden así algún día :)

    Un besote!!!

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    1. Mina felicidades, acabas de realizar el comentario número 1000, por ello tendras un año de buena suerte.

      Fué mi tío, un buen hombre, uno excelente diría.

      Yo creo que tus hijas tendran muchos motivos para recordarte de manera especial Mina. besos.

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